lunes, 1 de diciembre de 2008

NUESTRO DECÁLOGO DEL "ALIMENTO FUNCIONAL"

Después de nuestras dos entradas anteriores, en las que hemos intentado analizar el origen, evolución y problemática de los denominados "alimentos funcionales", queremos proponer un modelo de cuestionario, a modo de "decálogo", que debería aplicarse a cualquier alimento que quiera considerarse como funcional, para comprobar que efectivamente puede serlo.
Ese decálogo contiene cuestiones de diversa naturaleza, algunas pueden ser comprobadas por el propio consumidor, pero la mayoría están destinadas a los expertos y autoridades responsables de "otorgar" a determinados productos la cualidad de "funcionales".
  1. El alimento funcional (AF), ¿tiene realmente una composición distinta al mismo alimento no funcional?.
  2. Dicha diferencia, ¿está claramente definida en la información que nos ofrece la etiqueta del AF?
  3. ¿Está correctamente identificada la/s sustancia/s cuya presencia otorga al alimento la condición de AF?
  4. ¿Está correctamente definida la "funcionalidad" que aporta/n dicha/s sustancia/s al considerado AF?
  5. ¿Se trata de una "funcionalidad" específica o "muy general"?
  6. De acuerdo a dicha "funcionalidad", ¿se encuentra/n presente/s dicha/s sustancia/s en el AF en cantidad suficiente para conseguirla a través de una ingesta diária durante un cierto periodo de tiempo?
  7. ¿Se define, sugiere o indica de alguna forma cual es ese periodo de tiempo mínimo para poder observar los efectos beneficiosos del AF?
  8. La/s cantidad/es de sustancia/s funcional/es adicionada al AF, ¿está definida teniendo en cuenta su metabolismo y biodisponibilidad, considerando que estos parámetros determinan su verdadera eficacia?
  9. Si la/s sustancia/s se adiciona/n en cantidad suficiente ¿está suficientemente contrastada la ausencia de toxicidad después de un consumo prolongado?
  10. El objetivo "saludable" a conseguir por el AF, ¿requiere la participación de otros elementos, sustancias, actividades o comportamientos, o puede lograrse sólo a través de su consumo?.

Nos gustaría que ese decálogo constituyese una base para elaborar nuevos planteamientos para valorar la "personalidad" y eficacia real de los alimentos funcionales. Desearíamos que nuestros lectores nos sugieran nuevas cuestiones que añadir a las aquí mostradas. Esperamos vuestros comentarios y sugerencias.